
Primero se tardó un chingo en empezar y a cada rato decían que en cinco minutos comenzaba, y luego pusieron a cantar a una tipa que... bueno, sin comentarios y no había furor ni emoción y, con todo respeto (o sin él, total) ¿¿¿Qué chingaos tienen que ver las rancheras con el deporte???
Pobres, calentando al ritmo somnoliento de baladas... y pa´ acabarla de cagar se les trababa el cassette del himno de los búlgaros que para su suerte no entendían nada (espero) de lo que se decía.
Así, luego de esperar y esperar y esperar que la pista se hielara para el comienzo del partido, con su gran momento de emoción por la primer anotación mexicana durante el primer bloque de veinte minutos, la mitad de la gente en las gradas se fue. Y bueno, como dijo mi acompañante; o son muy buenos los mexicanos o son muy malos los de Bulgaria, de una u otra forma aunque el partido no iba tan mal como el futbol no había ni la mitad de la pasión ni para apoyarlo ni pa´narrarlo.
Pero saqué buenas tomas, me enfrié un rato y ví mi primer partido de hokey en medio del Zócalo.
*click a la imagen para verla en mejor tamaño :)
¡Qué buena foto y qué buena crónica!
ResponderEliminarY qué pena la mala calidad que abunda en nuestro país.
¡Gracias mom! :D
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